Rudolph Arheim, en su capítulo de Manifestaciones Tempranas, nos habla acerca de la discriminación que ha sufrido la percepción de los sentidos. Actualmente consideramos más importante el razonamiento que la percepción. En mi opinión, éstas van de la mano, todo lo que razonamos y pensamos a diario estuvo antes en nuestros sentidos; primero tuvimos que haber sentido y visto cosas antes de empezar a razonar y relacionarlas. Por otro lado en la película de ventana al alma, varias personas con problemas de la vista nos relatan su historia. Estas personas al perder la vista desarrollaron otros sentidos, y de estos basan su vida; por lo tanto para ellos no concuerda lo que se dice que el razonamiento es más importante que la percepción de los sentidos.
Es cierto que por la vista entra todo lo que conocemos y para algunos, al menos para mí, es el sentido más importante; pero para estas personas las cosas también se les presentan por medio del tacto, olfato, oído. Todos percibimos las cosas de manera distinta. Como dijo Aristóteles, “el alma jamás piensa sin una imagen”, cuando pensamos en algo se nos viene una cosa a la cabeza, pero ¿cómo le hace que la gente que nunca ha visto? Por medio de la percepción de los sentidos, tal vez no vean la misma imagen que nosotros pero como dijo Demócrito en la lectura, la miel les sabe amarga a los unos y dulces a los otros.
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